CUENTO CLÁSICO PULGARCITO
Érase una vez, hace ya mucho, mucho tiempo, que había un campesino que vivía con su mujer en un humilde hogar. Los dos eran muy felices pero echaban en falta tener un hijo o hija.
Finalmente tuvieron un hijo que nació tan pequeño como un pulgar y por eso decidieron llamarle "Pulgarcito".
El matrimonio vivía feliz con su hijo Pulgarcito que era muy inteligente y bueno y les ayudaba mucho a sus padres, supliendo los inconvenientes de su corta estatura con un gran ingenio.
Un día, el padre de Pulgarcito necesitaba llevar una mercancia con el carro y el caballo de la familia hasta un lugar más o menos cercano, pero el padre no podía hacerlo. El padre de Pulgarcito estaba triste porque pensaba que su hijo no podría ayudarlo a causa de su pequeño tamaño. Sin embargo, Pulgarcito se enteró de la necesidad de su padre y le dijo que no se preocupara, que él le ayudaría a llevar la mercancia con el carro hasta su destino.
El padre le dijo que sería muy difícil pues no podría sujetar al caballo con las bridas. Y Pulgarcito tenía la solución. Le dijo a su padre:
- No te preocupes, que mamá sujete al caballo con las bridas y yo me situaré al lado de sus orejas y le iré dando órdenes para dirigirlo.
- ¡De acuerdo! Le dijo el padre. ¡Vamos a probar!
Al día siguiente, la madre de Pulgarcito le colocó junto a las orejas del caballo y ella cogió las bridas, juntos partieron hacia su destino.
Pulgarcito iba dando órdenes al caballo:
– ¡Adelante! ¡A la izquierda! ¡ Para! ...
Y el caballo seguía las instrucciones sin equivocarse.
El viaje transcurría sin problemas hasta que 2 hombres vieron la escena y se fijaron atentamente, ¿Qué era eso tan raro? ¿Un carro que se movía sin que nadie lo guiara?
Su curiosidad fue en aumento y decidieron seguirle. Cuando Pulgarcito terminó el viaje y regresó junto a su padre, se acercaron los 2 hombres y le dijeron a su padre que si les vendía a su hijo Pulgarcito. Los 2 hombres habían pensado que a su vez venderían al pequeño y podrían obtener una buena cantidad de monedas de oro por él.
- ¡De ninguna manera! Exclamó el padre. - Es mi hijo, no puedo hacer eso.
Entonces Pulgarcito se subió al hombro de su padre y le dijo al oído:
– No te precupes, coge el dinero que yo ya me las ingeniaré para volver a casa.
Pulgarcito se marchó después con los dos hombres y por el camino, le dijo a uno de ellos:
– Por favor, súbeme al ala de tu sombrero y así podré ir contemplando este paisaje tan bonito.
Más tarde, Pulgarcito le dijo nuevamente al hombre:
– Tengo ganas de hacer pis. ¿Me puedes bajar que no me aguanto?
El hombre le respondió a Pulgarcito, en un tono muy serio:
–
Hazlo encima del sombrero como los pájaros.
- No puedo, yo no soy un animal. Contestó Pulgarcito.
El hombre accedió y bajó a Pulgarcito y este, en cuanto estuvio en el suelo, corrió hasta una una madriguera que había visto por el camino y se escondió en ella.
Los hombres lo buscaron durante un buen rato pero no pudieron localizarlo y al final se marcharon.
Pulgarcito salió entonces de la madriguera y se metió dentro de una caracola para descansar un rato sin que nadie le pisara o molestara.
Entonces, Pulgarcito escuchó a unos ladrones que estaban hablando sobre un robo que querían cometer, hablaban sobre robar en una casa y Pulgarcito les dijo:
– Dejadme que os ayude.
– ¡Oye! ¿Has oído eso? ¿De dónde viene esa voz? Dijo uno de los ladrones.
– ¡Estoy aquí abajo! ¡Mirad aquí! Les gritó Pulgarcito.
Los ladrones bajaron la vista y al ver a Pulgarcito les entró la risa y le dijeron:
– ¿Cómo nos podrías tu ayudar? ¡Enano!
– Como soy muy pequeño, puedo entrar por los huecos y robar lo que queráis. Dijo Pulgarcito.
– ¡Está bien! ¡Vamos a probar! Dijo uno de los ladrones.
Al cabo de unas horas, los tres llegaron a la casa que querían robar los ladrones, Pulgarcito se metió dentro por un pequeño agujero y gritó:
– ¿Estáis seguros de que queréis robar todo lo que hay aquí dentro?
Los ladrones se enfadaron y le dijeron a Pulgarcito:
– Estamos seguros, pero por favor, no grites que nos van a descubrir.
Pulgarcito no hizo caso y volvió a gritar para que los dueños de la casa se enterasen:
– ¿Seguro que queréis robar todo?
Entonces, la cocinera de la casa les oyó y salió con un palo de escoba para ver qué estaba pasando. Los ladrones salieron corriendo y Pulgarcito se escondió en el pajar.
A la mañana siguiente, la cocinera fue a buscar al pajar la comida para los animales de la granja y cogió un montón de paja, entre ella, en la que estaba escondido Pulgarcito. Entonces una vaca se comió la paja y con ella se comió también a Pulgarcito que terminó en el estómago de la vaca y comenzó a gritar:
– ¡Por favor señora vaca, no coma más!
Pues cuanta más paja comía la vaca, menos espacio le quedaba a Pulgarcito en su estómago.
Cuando Pulgarcito estaba casi a punto de salir del estómago de la vaca, apareció un lobo hambriento que se tragó al muchacho pensando que era un trozo de vaca.
Pero el pequeño no se dio por vencido y desde la tripa del lobo gritó:
– Señor lobo, se de un lugar donde podrá comer todo lo que usted quiera.
El lobo aceptó el trato y Pulgarcito condujo al lobo hasta su propia casa.
Una vez en ella, Pulgarcito empezó a gritar con todas sus fuerzas para despertar a sus padres que se levantaron rápido. El padre de Pulgarcito
cogió un hacha para matar al lobo y entonces se escuchó la voz de Pulgarcito:
– ¡Padre! Soy yo, Pulgarcito, estoy en la barriga del lobo.
El hombre golpeó al lobo y le abrieron la barriga para sacar a su hijo.
– Hijo mío, nunca más volveremos a separarnos de ti.
Y Pulgarcito se quedó ya para siempre feliz en su casa junto a sus padres y cada día, todos juntos recordaban las aventuras que habían vivido durante los días que no estuvieron juntos.
MORALEJA DEL CUENTO DE PULGARCITO
Después de haber leído la historia completa, podemos extraer la moraleja del cuento de Pulgarcitoque nos enseña que el ingenio y la inteligencia son más importantes que el tamaño y el aspecto de las personas. En muchas ocasiones, las personas más pequeñas hacen las cosas más importantes.
El autor del cuento original de Pulgarcito es el escritor francés Charles Perrault, aunque
existen muchas versiones y adaptaciones. El título original en francés es "Le Petit Poucet".
COMPRENSIÓN LECTORA DEL CUENTO DE PULGARCITO
A continuación, te dejamos algunas preguntas para comprobar que has comprendido y prestado atención al cuento. También te ayudarán a pensar y extraer las conclusiones más importantes.
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¿Cómo era Pulgarcito?
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¿Cómo vivían los padres de Pulgarcito?
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¿Qué idea se le ocurre a Pulgarcito para llevar el carro?
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¿Cómo se escapó Pulgarcito?
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¿Al final vivieron juntos Pulgarcito y sus padres?