CUENTO CLÁSICO EL PATITO FEO
La familia de patos vivía feliz en el estanque, todo era felicidad para los animales que vivían en él o en sus alrededores. Había animales acuáticos como los peces, aves acuáticas como los patos, las garzas y los gansos, otras aves normales e incluso animales mamíferos como los topillos, ratones y musarañas.
Mamá Pata y Papá Pato estaban esperando a que salieran de los huevos sus nuevas crías de pequeños patitos. Estaban muy contentos e impacientes.
De repente, se rompió el primer huevo y empezó a asomar la cabeza un primer patito, hermoso y tierno como habían sido todo el resto de patitos que había tenido la pareja. Y a los pocos segundos, un segundo huevo también comenzó a romperse y apareceió un segundo patito del cascarón. Y después, un tercero, y un cuarto... Todos los patitos que iban apareciendo eran igual de bonitos. ¡Qué felicidad tenían Mamá Pata y Papá Pato! Así hasta que sólo quedaba un huevo, que era un poco más grande que el resto y también tenía un color un poco diferente.
Todos estaban mirando al huevo que faltaba por abrirse y al poco tiempo, también este comenzó a resquebrajarse. Poco a poco fue asomando la cabeza un patito que claramente se veía que era diferente al resto, con unas plumas distintas y un color también diferente.
Mamá Pata y Papá Pato estaban sorprendidos y un poco decepcionados por este último patito que había nacido. Todos los patitos se daban cuenta de la diferencia y comenzaron a comportarse con él de manera muy fría y con bastante indiferencia.
En los paseos por el estanque, siempre iba sólo, a una cierta distancia, el que habían llamado "El Patito Feo" y sus hermanos se reían de él sin parar. La situación se volvió tan dura para el pobre Patito Feo que no dejaba de llorar y de sentirse triste.
Un día, el Patito Feo decidió escaparse y emprender un camino que no sabía bien a dónde le llevaría, de momento comenzó a andar solo por el campo, solo y triste una vez más.
Por el camino, el Patito Feo encontró a un matrimonio de leñadores que se mostraron muy simpáticos con él y lo llevaron a su casa y lo alimentaron con mucho interés. Pronto descubrió el Patito Feo las verdaderas intenciones de sus anfitriones, lo que querían era que engordase cuanto antes para comérselo.
El Patito Feo se escapó de nuevo y comenzó a deambular por el campo, había llegado el invierno, hacía mucho frío y viento y además, nevava. El Patito Feo que había crecido durante todo este tiempo y había cambiado bastante su aspecto, se encontraba sin fuerzas y cayó al suelo enfermo.
Un hombre que pasaba por allí, lo vió y lo llevó a su casa para curarlo. El hombre y toda su familia acogieron al Patito Feo con mucho cariño y una vez que llegó la primavera y estuvo recuperado, lo llevaron a un estanque muy bonito y muy grande que había cerca de su casa.
Rapidamente acudieron a su encuentro otros patos y unos preciosos cisnes que eran los reyes del estanque. Todos ellos le dijeron palabras bonitas y le animaron a seguirles.
El Patito Feo les dijo que porqué le prestaban tanta atención si él era un patito muy feo, sin nada especial. Los cisnes le dijeron que no, que se mirara en el reflejo del agua y que se viera bien. Era uno de los cisnes más bonitos, fuertes y esbeltos que se habían visto en el estanque jamás, sin duda un especimen al que admirar y contemplar.
El Patito Feo enseguida comprendió que no era un pato como los que había pensado que eran sus hermanos. Sin duda, por equivocación, su huevo se encontraba donde los otros pero no eran sus hermanos. En realidad, él era un cisne, un animal de una raza distinta.
Esto nos hace reflexionar sobre el hecho de que no debemos de emitir prejuicios acerca de nadie, todos somos diferentes y todos somos especiales, no debemos reirnos de los demás y a todo el mundo debemos dar una oportunidad o las que hagan falta.
El Patito Feo se había convertido en un hermoso cisne, muy inteligente y apuesto y vivió para siempre muy feliz en el nuevo estanque, siendo muy apreciado y querido por el resto de animales que allí vivían.
MORALEJA DEL CUENTO DE EL PATITO FEO
Después de haber leído la historia completa, podemos extraer la moraleja del cuento de El Patito Feoque nos habla de un patito que es diferente a los demás. Incluso su familia no le quiere por esta razón. Al final el pequeño pato crece y se convierte en un animal con gran personalidad y admirado. El cuento nos enseña a no prejuzgar a las personas y menos a hacerlo por las apariencias.
COMPRENSIÓN LECTORA DEL CUENTO DE EL PATITO FEO
A continuación, te dejamos algunas preguntas para comprobar que has comprendido y prestado atención al cuento de El Patito Feo. También te ayudarán a pensar y extraer las conclusiones más importantes.
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¿Qué le pasaba al último patito que nació?
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¿Cómo reaccionaron su madre, su padre y el resto de hermanos?
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¿Cuál fue la decisión que tomo el Patito Feo?
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¿Qué querían hacer con el Patito Feo la primera familia que se lo encontraron?
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¿Qué le pasó al final al Patito Feo cuando llegó al último estanque?